Entró a la antigua y maravillosa mansión y comenzó a recorrerla; al llegar a la sala se encontró con 3 cadáveres; pensó en llamar a la policía, pero desistió inmediatamente.
El contrato decía claramente que era la dueña de aquel lugar con todo lo que había dentro
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Está genial el texto, dueña de todo...hasta de los muertos!!!
ResponderEliminarMe encantó, volveré a disfrutar por aquí..
Abrazos
Eso se llama ser fiel a un contrato.
ResponderEliminarPero, si por el contrario fueses tú la nueva dueña, a esos tres cadáveres se les habría acabado la paz eterna.
Uno que te quiere, y bien.
Buen corto.