miércoles, 5 de diciembre de 2012

Ridícula incomprensión

Angeles estaba avergonzada porque se había enterado que su abuela Delia de 87 años que vivía en un geriátrico, se introducía por la noche en la habitación de Gerardo. En tanto el personal muy divertido y pleno de ternura, le contaban que eso era maravilloso, que en muchas ocasiones, él la visitaba a ella, y que por las mañanas siempre una de las habitaciones estaba vacía.